Next from Walter Presents on PBS, "La Otra Mirada" The following program contains content which may not be suitable for all audiences.
Viewer discretion is advised.
This program was made possible in part by contributions to your PBS station from viewers like you.
Thank you.
[suena música dramática] [Manuela] ¿Y tu venganza ha sido acostarte con Martín?
Carmen nunca te haría daño a ti.
[Manuela] ¿Está usted segura de eso?
Porque es la mujer que se ha estado acostando con Martín todo este tiempo.
[Luisa] Hace mucho tiempo que no me siento tan viva.
¿Vicente?
Me has estado utilizando.
i¡No, no, no, no, no, no!
i¡Fuego en el laboratorio!
Vosotras, sacad a las niñas.
[Manuela] Vamos saliendo poco a poco.
[Ramón] Tú, ve llenando los cubos.
Debió de quedarse un mechero encendido.
Esto está lleno de componentes químicos.
Yo ahora mismo no estoy capacitada ni para garantizar la seguridad de las niñas y de nadie.
Margarita, no se lo puedes contar a nadie.
Ni a las maestras ni a las alumnas, a nadie.
Elías nunca haría daño a nadie.
Es solo que se ha puesto nervioso.
Pero, Margarita, que ha intentado pegarle a Macarena.
Tiene esquizofrenia.
[Elías] Y si estoy enfermo, ¿puedo curarme?
Lamentablemente, la enfermedad que padeces, la esquizofrenia, no tiene cura.
i¡Ayuda!
i¡Ayuda!
i¡Ayuda, por favor!
Nunca te he querido, ni lo voy a hacer, al igual que no quise un hijo tuyo.
No nos podemos olvidar de que interrumpir el embarazo es delito, y de que, como la denuncien, puede ir a la cárcel entre cuatro y seis años.
Quiero pasar el resto de mi vida contigo.
¿Y Roberta?
Tú, está claro que, quieres otras cosas.
Entonces, ¿está todo bien?
Está todo perfectamente.
[Álvaro] Si insiste en no volver conmigo, la denunciaré.
Es mi esposa.
¿Dónde está?
No lo sé.
Debería estar en su cuarto.
[Álvaro] No.
No me voy a ir de aquí sin ella.
Tranquila, Teresa, que nadie sabrá que estamos aquí.
Y, por supuesto, tú no puedes salir de aquí, Flavia.
No soy un asesino, Luisa.
No me avergüenzo de nada de lo que he hecho, pero se acabó.
[Teresa] El día que me llevaron presa me enteré de que somos hermanas.
Pero, pero, Teresa, ¿cómo vamos a ser hermanas?
¿De verdad que quieres esto para ti?
Nunca vamos a poder ser una pareja como las demás.
¿Y quién quiere ser como los demás?
No quiero ser una carga, ni para ti ni para nadie.
Elías, sé que nos dijeron que no había cura, pero yo voy a estudiar mucho para que la haya.
Tienes que confiar en mí.
Estoy dispuesta a confiar una vez.
Dos, no.
Voy a hacer lo que sea por recuperar tu confianza.
Y tú, que has viajado tanto, ¿no te aburres aquí en Sevilla?
La cosa es que aquí en Sevilla he encontrado algo que no tengo en ningún otro sitio.
[Roberta] Teresa y yo somos hermanas.
¿Tú lo sabías?
-Pero ¿de sangre?
-Sí, de sangre, Macarena.
No voy a aceptar la dirección de la academia.
Voy a cerrarla para siempre, y en su lugar, voy a construir un hotel.
"Tienen un plazo de 24 horas para desalojar la Academia de Señoritas, por orden de su nuevo dueño, don Rafael Peralta".
[suena música dramática] [policía] i¡Ya está bien!
i¡No me obliguen!
[Luisa] Teresa, por favor... Teresa, Teresa, abre la puerta, por favor.
Escucha, Luisa, por favor... [policía] i¡Calladita, he dicho!
Teresa, por favor, Teresa... Teresa, por favor, te lo pido.
Te lo ruego.
Por favor, abre.
Por favor, abre.
Teresa, por favor.
-Por favor, Teresa.
-[policía] i¡Nadie se mueve!
[mujer] i¡No!
Pero ¿qué haces?
[disparo] [suena tema principal] Bueno, ahora que estamos todos aquí, habla.
¿Cómo ha podido pasar esto, Carmen?
Hace unas semanas firmaste unos documentos que le ceden la propiedad de la academia a Rafael Peralta.
El edificio y sus bienes, terreno... Todo.
Pero ¿cómo es posible solo con su firma?
Le di plenos poderes.
Me tienes que firmar todo esto.
¿Todos estos papeles son para la placa?
Sí.
Bueno, en realidad hay unos que son unos permisos para que la academia sea la sede de una competición de tiro con arco.
¿Recuerdas el papeleo de la placa y la competición?
Traspapelé unos documentos de cesión, y firmaste sin darte cuenta.
Después se los di a Peralta, y él hizo el resto.
Pero ¿qué estás diciendo, Carmen?
¿Has estado fingiendo todo este tiempo?
¿Viniste aquí con el único propósito de arrebatarnos la academia?
Pero ¿en quién te has convertido tú?
Yo no sabía que el plan de los Peralta era transformar esto en un hotel.
Se supone que la academia debía permanecer abierta.
Y, tú, ¿qué sacabas con esto?
¿Dinero?
Ser la directora.
Carmen, nos has engañado.
Has dejado en la calle a maestras y alumnas.
¿Y todo por ocupar mi puesto?
¿Por vengarte y quitarme lo que más me importa?
i¡De verdad!
Te traje aquí.
Te di un buen trabajo, la oportunidad de volver a tu casa.
Sal de aquí ahora mismo.
[Martín] No, espere.
Espere, por favor.
A ver, consiguió la firma de Manuela de manera fraudulenta.
Podemos demostrarlo si Carmen está dispuesta a testificar.
Sí.
Haré lo que sea necesario.
Podría ir a la cárcel, Carmen.
No quiero su ayuda.
No me fío de ella.
Ir a juicio podría ser la única oportunidad.
Ya.
¿Y cuánto vamos a tardar con ese juicio?
¿Meses?
Porque te recuerdo que mañana por la mañana tenemos que desalojar la academia i¡Mañana!
No nos sirve una solución a largo plazo, Martín.
-Bueno ¿y qué hacemos, entonces?
-[Manuela] Pues, no lo sé.
De momento, que se vaya.
No la quiero ver aquí.
Os pido disculpas.
A todos.
Seamos realistas.
Sino podemos evitar el cierre de la academia, lo más importante ahora son las alumnas.
Hay que encontrarles plaza en otras instituciones.
Yo también haré llamadas.
[Teresa] Pero, entonces, ¿ya está sentenciado?
¿No podemos evitar el cierre?
¿Nos rendimos?
Hay otras cosas en la vida además de la revolución.
Bueno, vamos a ver, tiene que haber otra forma.
Martín, ¿estás seguro de que no se puede hacer nada?
Sin denunciar, no.
Ahora mismo, Peralta es el legítimo dueño.
Es un legítimo delincuente.
Eso es lo que es.
Y usted es la fundadora de esta academia.
Me sorprende mucho que se resigne tan fácilmente.
Mira, no me hables de este... [Manuela] Bueno, por favor, basta ya.
De momento sigo siendo yo la directora, así seré quien tome las decisiones.
Y ahora, por favor, necesito pensar, a solas.
Pero ¿cómo que un nuevo dueño?
¿Quién?
Rafael Peralta.
-[María Jesús] ¿Cómo?
-[chica 1] Claro.
-¿Cómo que Peralta es el dueño?
Es una broma, ¿no?
Pero ¿ha comprado la academia?
No.
Ha sido... Ha sido por un error administrativo.
[murmullos] Pero si es un error, ¿no se puede solucionar?
No, Ramón.
No se puede solucionar.
Tenemos que estar fuera de aquí mañana a primera hora.
Pero ¿a dónde vamos a ir?
Pero no nos pueden echar.
Es injusto.
i¡Que estamos a mitad de curso!
[murmullos] [Luisa] Vamos a ver, señoritas.
Por favor, tranquilidad.
Sé que es desconcertante, y os pido disculpas.
De verdad, lo siento muchísimo.
Pero os prometo que os encontraremos plaza en otras escuelas.
Ah, ¿sí?
¿A todas?
[suena música dramática] Haremos lo que podamos, Inés.
[Flavia] ¿Sí?
¿Tú, no se supone que no tienes que contestar al teléfono?
¿Y por qué me llamas?
[Candela] Porque no te imaginas la que hay aquí liada, Flavia.
Que nos cierran la academia.
-¿Qué?
-[Candela] Que nos echan mañana.
i¡Y todo por culpa de Peralta!
-Voy para allá.
-[Candela] No.
Ni se te ocurra.
Tú te quedas allí.
i¡Venga, Candy!
i¡Que somos muchas!
Voy.
Cuando esté todo más tranquilo te llamo de nuevo, ¿vale?
Ten cuidado, por favor.
Un beso.
[Flavia] Que cierran la academia!
¿Cómo que cierran la academia?
Tenemos que ir.
Flavia, no puedes salir de aquí.
Estás en búsqueda y captura.
Tu padre está detrás de todo esto.
¿Mi padre?
Flavia, de todas maneras, ¿nosotros qué podemos hacer?
Pues, no quedarnos aquí parados.
Vengo de hablar con don Andrés.
Mañana nos lleva a Cádiz en su furgón.
Pero hasta entonces, tienes que quedarte aquí.
¿Qué pasa?
-¿No quieres irte?
-[Flavia] No es eso.
Ni siquiera voy a poder despedirme.
Flavia, de verdad que lo siento, pero es que no puede ser.
Salgo a pagar a don Andrés.
No tardo.
Confía en mí.
Todo va a salir bien.
He tenido que enterarme por mi hija.
¿Es que no pensaban comunicárnoslo?
[Manuela] Por supuesto que sí, pero no nos ha dado tiempo.
-Les, les pedimos disculpas.
-¿Qué está pasando?
[Ochoa] Quiero el dinero de la matrícula.
Y creo que no soy el único.
De momento, lo único que podemos garantizarles es que encontraremos plaza para sus hijas en otras instituciones, Así que les pido un poco de paciencia.
No vamos a pagar de nuestro bolsillo por la mala gestión de la directora.
Usted no tiene ni idea de qué es lo que ha provocado -esta situación.
-Sí, sí que la tengo.
Desde el juicio en contra de Peralta, todo ha ido de mal en peor.
i¡Una morena estudiando con nuestras hijas!
i¡Un jardinero que, que no está bien de la cabeza!
[Luisa] i¡Señor Ochoa!
i¡Por favor!
Creo que está sacando usted las cosas de quicio.
Desde la dirección de esta academia se han dado siempre todas las explicaciones pertinentes cuando se nos han pedido.
¿Y la alumna que dicen que ha abandonado a su marido?
¿De eso también nos van a dar explicaciones?
A usted eso no le incumbe.
Y por favor, guarde las maneras.
i¡Y encima tiene el valor de hacernos reproche!
i¡Esto es indignante!
i¡Calma, por favor, señores!
i¡Queremos nuestro dinero!
Con su madre, esto no habría pasado.
Bueno, ya estamos.
Tendría que haber dimitido -el curso pasado.
-Bueno, ya está.
Lo siento.
Lo siento muchísimo.
Tienen toda la razón.
Pero quiero que sepan que sus hijas han sido siempre lo más importante para mí.
[suena música dramática] Siempre.
[murmullos] [Manuela] Tanto tiempo luchando y, y tenían razón.
El puesto me quedaba grande.
-No digas eso, Manuela.
-[Manuela] Sí, sí.
Las circunstancias no han sido favorables.
Tú lo has hecho lo mejor que has podido.
Encontraremos una solución.
No, Luisa.
He fracasado.
Y ahora solo me queda asumir las consecuencias, y ya está.
A ver, Manuela, tú decidiste hacer una academia distinta y formar a mujeres para hacerlas libres, ¿no?
¿Qué creías?
¿Que te lo iban a poner fácil?
Esto no es un fracaso tuyo, Manuela.
Y ahora lo que toca es ser consecuentes, ponerse en pie e ir hasta el final.
Y en esto estamos juntas.
Por supuesto que sí.
Yo os lo agradezco, de verdad.
Pero ahora ya no podemos hacer nada.
i¡Claro que podemos hacer algo!
Yo tampoco quiero irme, pero ¿qué hacemos ¿Nos encadenamos a la pata de la cama?
Entonces, ya está.
Cogemos nuestras cosas, y adiós.
[Margarita] A mí mis padres vienen a buscarme en una hora.
A Madrid me quieren llevar, a 500 kilómetros de Elías.
i¡Vamos a acabar cada una en una escuela distinta!
¿No lo entendéis?
Vosotras por lo menos podréis seguir estudiando.
[Macarena] Tú también.
No vas a volver a la calle.
Pero es que no es por mí.
Es por esta academia, por lo que significa.
Deberíamos estar defendiéndola todas.
Hacer una manifestación, llamar a la prensa o, no sé, a alguien importante.
¿Y qué conseguiríamos con eso?
Tiempo.
i¡Exacto!
-Tenemos que pelear, resistir.
-[Luisa] i¡Así es!
Aunque las cosas se pongan realmente difíciles, no nos podemos rendir.
Eso no lo enseñamos aquí.
¿Qué ejemplo le estaríamos dando a las alumnas?
Nosotras siempre hemos ido con la cabeza bien alta.
[Inés] Y no tenemos miedo.
Si nos van a echar igual, ¿qué más da?
Yo estoy dispuesta.
¿Vosotras?
¿Qué decís?
Que yo no pienso abandonar.
Ni yo tampoco.
Ni nosotras.
¿Y tú?
Está bien.
Supongo que merece la pena.
[Teresa] i¡Claro!
i¡Esta es nuestra Manuela!
[Teresa ríe] [Luisa] Ya se han ido las últimas.
Las que estamos aquí, ¿estamos seguras de esto?
Bueno, a ver, encerrándonos solo vamos a conseguir ganar tiempo, así que necesitamos un plan.
Nuestros objetivos son sacar a la luz quién es realmente Rafael Peralta y demostrar que esta academia es necesaria.
Podríamos intentar hablar con la prensa, redactar un comunicado, ¿no?
Aprendimos mucho con la revista.
[Teresa] Sí, eso está muy bien.
También necesitaremos apoyos de padres, de vecinos, de todo el que esté en contra del cierre.
Entonces, necesitaremos a alguien fuera, ¿no?
-Yo puedo hablar con mi madre.
[Teresa] Muy bien.
Yo creo que sé de alguien más que puede ayudarnos.
Vamos a quebrantar la ley, y esto puede tener consecuencias.
Así que si alguien quiere abandonar, por supuesto, no se lo tendremos en cuenta, pero tiene que decirlo ahora.
Muy bien.
Pues, en marcha.
[Elías] i¡Doña Manuela!
¿Reforzamos las ventanas de la planta baja?
Sí.
De momento, sí.
Y si necesitáis más madera, desmontad las estanterías.
Gracias.
i¡Doña Manuela!
Le tenemos el comunicado.
¿Empezamos a llamar a los periodistas?
Dádselo a Teresa y que lo revise primero.
-¿De acuerdo?
-Sí.
-[Candela] i¡Doña -Manuela!
Dime.
Ya hemos mirado en la despensa.
Hay comida de sobra.
[Manuela] Muy bien.
Gracias.
[suena música dramática] [Candela] ¿Qué haces aquí?
He estado llamando, pero nadie me cogía el teléfono.
¿Para qué vienes?
¿Estás loca?
Vamos a ver, tienes a todos los guardias de Sevilla buscándote.
Tú no eres consciente del peligro, ¿no?
Sí, pero quiero estar con vosotras.
No, no, no.
Ni hablar.
Aquí tampoco estás a salvo.
-Estamos haciendo un encierro.
-Pues, me encierro con vosotras.
-Yo también quiero ayudar.
-Flavia, por favor.
Tienes cosas más importantes en las que pensar.
Vosotras me habéis ayudado siempre muchísimo, pero este curso, más que nunca.
Soy parte de la academia.
Merezco estar aquí.
No, no, no.
No te puedes quedar.
Te tienes que ir.
En cuanto me vaya de Sevilla, no podré volver.
Nunca.
Necesito estar con vosotras, aunque sea una última noche.
Doña Manuela, viene Rafita por el camino.
Quedaos aquí.
Y tú, la primera.
[suena música dramática] i¡Qué afortunado!
i¡Si me habéis montado un comité de bienvenida y todo!
Entiendo que no me vais a dejar pasar.
i¡Brillante!
Dile a tu padre que no nos vamos a ir de aquí, y que vamos a luchar hasta el final.
Buenas tardes.
[Rafita] Nadie entra hasta que hable con mi padre.
Pero id cortando la luz y el teléfono.
Las quiero incomunicadas.
[Carmen] Manuela me quiere lejos.
No la culpo.
[Luisa] Carmen, no tenemos mucho tiempo, y voy a ser muy clara.
No te voy a decir lo que pienso sobre tu comportamiento porque soy una señora, y porque te conozco desde que eras una niña.
Estoy aquí porque la academia te necesita.
¿Qué puedo hacer?
Tú has trabajado para Rafael Peralta.
De todos es conocido que tiene negocios turbios.
¿Qué sabes sobre eso?
Sé que se ha estado viendo con el alcalde, y es quien concede la licencia para su hotel.
Y es posible que haya algún acuerdo ilegal.
Pero eso no son más que conjeturas.
No podemos difamarlo sin más.
Necesitamos pruebas.
Si hay algo, tiene que estar en su despacho, pero ya no tengo acceso.
No puedo hacer nada.
A ver, Robert, por favor, que estés tranquila.
Estamos bien.
Estoy tranquila.
Ramón, por favor, ¿puedes parar con eso?
¿Qué decías?
Mira, ya está.
Escúchame una cosa, tú lo que tienes que hacer es concentrarte y hacer ese examen.
Eso es lo importante.
¿Me oyes?
¿Roberta?
¿Roberta?
¿Qué pasa?
Que han cortado la línea.
Y la luz.
[suena música dramática] [Tomás] Inténtelo de nuevo, por favor.
Academia para Señoritas de Sevilla.
Ya, pero es que necesi... Igual.
Déjelo.
Podéis dormir en la habitación de Luisa.
No le importará.
Yo se lo agradezco mucho, doña Manuela, -pero yo me quedo vigilando.
-Yo también.
Tú, a dormir, que te necesito mañana fresco como una lechuga.
-Pero... -i¡Sh!
¿Estás seguro?
i¡Anda que no me he chupado yo guardias en la mili!
Toma.
Para luego, soldado.
Buenas noches.
-[Manuela] Gracias.
Y tú, te quiero contando ovejitas toda la noche, ¿eh?
Como te vea danzando por ahí, la tenemos.
Tranquilo, Tomás.
Mientras Flavia esté en la academia, no le va a pasar nada.
[Tomás] ¿Cómo lo sabe?
¿Quién le dice a usted que mi padre no es capaz de tirar el edificio con ellas dentro?
Ustedes no saben de lo que es capaz.
[Luisa] Por eso estamos aquí.
Sé que es duro, pero necesitamos que todo el mundo sepa quién es realmente Rafael Peralta.
Y para eso, tenemos que presionarle de alguna forma.
Y cuanto antes se resuelva el encierro, antes podrá salir Flavia.
Pregunten en la fábrica.
Hay descontentos.
Las trabajadoras están pensando si ir a la huelga.
Hablaré con Vicente.
Seguro que conoce a alguna de ellas.
[Teresa] No, no es suficiente.
Necesitamos pruebas, facturas, contratos... Algo que le haga daño de verdad.
Necesitamos entrar en su despacho.
Y tú eres un Peralta.
Sí, el desterrado.
De todas maneras creo que si mi padre condice algo, jamás lo haría en la fábrica.
[suena música dramática] Aunque creo que sé dónde podrían estar.
Puedes llevar a los hombres que hagan falta y sacarlas de ahí a la fuerza esta misma noche.
¿Eso es lo que te he enseñado yo a ti?
¿A razonar en caliente?
¿Por qué te crees que te están haciendo esto?
¿Eh?
Quieren llamar la atención.
Y si usamos la violencia, se volverá en nuestra contra.
Debemos hacer lo mismo que ellas, ganarnos a la opinión pública.
Lo último que quiero es que cuatro niñas malcriadas me arruinen mis negocios.
¿Entendido?
[apertura de puerta] No podía dormir.
Yo tampoco.
No quiero que cierre la academia.
Esta es mi casa.
¿Qué va a pasar con nosotros?
¿Dónde voy a encontrar trabajo?
NO pienses en eso ahora.
Yo voy a hacer todo lo posible para que podamos quedarnos.
[suena música sentimental] [Rafita] Desde que doña Manuela Martín ocupa la dirección, esta institución ha perdido todos sus valores.
El curso pasado, yo mismo fui víctima de las doctrinas que les imponen a sus alumnas.
He escuchado hasta que las obligan a no casarse o a abandonar a sus esposos.
Eso es totalmente falso.
[reportero 1] Doña Manuela, unas declaraciones.
[reportero 2] ¿Tiene usted algo que decir, señora?
[reportero 1] ¿Qué está pasando ahí adentro?
[reportero 2] ¿Nos puede contar qué ha pasado?
Pero ¿vamos a seguir dando clase?
¿Por qué creéis que nos hemos encerrado aquí?
Pues, para que Rafael Peralta sepa a quién se enfrenta.
¿Y no crees que lo sabía?
Mirad, son muchos los que nos quieren ignorantes.
Necesitan que vivamos en un mundo muy pequeño, para que sean pequeñas nuestras oportunidades y nuestros deseos.
Y la educación es la mejor herramienta para hacer ese mundo más grande.
Y por eso, mientras estemos aquí, vamos a seguir dando clase.
Perdonad, pero está Rafia ahí afuera, discutiendo con doña Manuela.
Los tiempos están cambiando, señoras y señores, y son instituciones como estas las que hacen avance la sociedad.
Y quien no sepa verlo, claramente se va a quedar atrás.
i¡Esto sí que no me lo esperaba!
El progreso es el hotel que mi familia quiere construir pa' Sevilla.
Y si tanto le interesa este negocio, ¿por qué no está aquí Rafael Peralta dando la cara él mismo?
[reportero 1] ¿Dónde está el señor Peralta?
Señora, yo hablo en su nombre.
[reportero 1] ¿Algo que decir?
Este hotel va a ser muy importante pa' nuestra ciudad, y nos traerá... ¿Dinero?
¿Trabajo?
En esta academia estudian las mujeres que en un futuro trabajarán en el periodismo, en las ciencias, en la enseñanza, en la medicina, en las leyes... Aunque no creo que a usted le interese mucho que haya mujeres dictando sentencias, ¿verdad?
i¡Se acabó!
i¡Cortad las cadenas!
[reportero 1] ¿Va a entrar por la fuerza?
¿Va a venir su padre, señor Peralta?
Tenemos que entrar.
i¡Madre!
i¡Busque apoyos!
i¡Nosotras intentaremos aguantar!
[obturador] [murmullos] [reportero 1] i¡Díganos algo más, señora!
i¡Cuente un poco más!
i¡Te estoy diciendo que yo no he dado esa orden!
¿Estamos?
i¡Comunícalo!
i¡Rapidito!
¿Qué pasa?
¿Ahora eres el mensajero de Manuela?
[Tomás] No.
De hecho, me voy de Sevilla.
Voy a empezar de cero.
Y he venido a pedirte dinero.
¿Y por qué crees que voy a darte dinero después de lo que nos hiciste?
Porque sigo siendo un Peralta.
[Rafael] Bien.
Me satisface que hayas comprendido que al final todo es cuestión de dinero.
Pero si lo quieres, pide perdón por testificar contra tu hermano.
[suena música dramática] Lo siento.
Traicioné a mi familia, y me avergüenzo.
i¡Ja!
i¡Ja!
i¡Brindemos, entonces!
Por Cerámicas Peralta e Hijos.
Y porque lo voy a dejar todo muy bien atado para que nunca más vuelvas a ser uno de nosotros.
Salud.
Lárgate de aquí ya.
¿Sabe qué, padre?
Que sin ese traje, sin este despacho, esta fábrica, usted es solo un hombre inseguro y cobarde.
Este tema lo tratamos luego, ¿vale, compañeras?
No os preocupéis.
Bueno, a ver qué nos propone esta gente.
Yo creo que no tardarán mucho en llegar.
Eso espero.
Ya.
Ahí vienen.
Compañeras, gracias por venir.
¿Cómo estás, Dolores?
[Dolores] Déjate de formalidades, Vicente, y dime qué quieres.
[Luisa] Disculpa, ha sido idea mía.
Me llamo Luisa.
Soy maestra en la Academia para Señoritas.
No sé si os ha llegado la noticia, pero Rafael Peralta pretende cerrarla.
Sabemos que tenéis problemas con él y que las trabajadoras queréis ir a la huelga.
Así que de eso se trata, de usarnos como herramienta una vez más.
[Luisa] No.
Se trata de unir fuerzas.
No nos engañemos, esto va más allá de los Peralta.
Señora, hay muchos más como él.
Hombres poderosos que temen perder sus privilegios y nos niegan nuestros derechos.
Entre ellos, el derecho a una educación.
¿Y qué educación es esa?
¿La de las señoritas de bien?
Esa no es nuestra lucha.
Nuestra lucha es levantarnos a las 4:00 de la mañana y dejar nuestros hijos pa' ir a trabajar 12 horas -por una miseria.
-Tienes toda la razón, Dolores.
También os están negando el derecho a un salario digno y a unas condiciones mínimas.
Cada una tiene lo suyo, eso es innegable.
Pero mientras las leyes no nos amparen y los políticos sigan sin escucharnos, ninguna de nosotras conseguiremos nada.
Solo podremos cambiar las cosas si nos unimos y atajamos el problema de raíz.
[murmullos] Seamos sinceras.
Discutir, protestar, ir a la huelga, encerrarse... Eso no es suficiente.
Solo cambiaremos las cosas si tenemos acceso a todo tipo de puestos y oportunidades.
Solo cambiaremos las cosas, si algún día podemos llegar a legislar o a gobernar.
Y el primer paso para eso es la educación.
Por eso os necesitamos.
No podemos permitir que una institución como la academia desaparezca.
[suena música dramática] ¿Alguien sabe qué tienen en común la ANME, las sufragistas y Séneca Falls?
Candela.
Yo sé que las sufragistas eran mujeres que querían votar, ¿no?
Y que a día de hoy siguen luchando por los derechos de la mujer en Reino Unido.
¿Y Séneca Falls?
¿María Jesús?
Eh.
Séneca era un filósofo, pero lo de Falls, no tengo ni idea.
[risas] Manuela se refiere a la declaración de Séneca Falls, que se firmó en Estados Unidos en 1848.
Y que exigía que las mujeres pudiésemos participar en la política, tener propiedades, tener negocios... Es decir, pedía la igualdad.
Y en España tenemos la ANME, que es la Asociación Nacional de Mujeres Españolas.
El objetivo de esta clase no es solo que sepáis que en todo el mundo hay mujeres alzando la voz por conseguir la igualdad, sino que entendáis que a pesar de nuestras diferencias, este es un movimiento colectivo.
Y que la idea de que somos competitivas o mezquinas entre nosotras es un mito creado precisamente para mantener el orden establecido.
[Manuela] Por eso es muy importante conocer nuestra historia, porque nos recuerda que unidas podemos alcanzar muchos derechos.
¿Estás seguro?
Sí.
Espéreme aquí.
No tardo.
[suena música dramática] i¡Madre!
[suena música de suspenso] Hola.
¿No me vas a dar un abrazo?
-i¡Álvaro!
i¡Por fin le encuentro!
-i¡Doña Carmen!
¿Qué hace aquí?
[Carmen] Lo estaba esperando.
No pasan mis llamadas al despacho.
Mi padre ha dado la orden.
Quiero proponerle un negocio.
No me parece apropiado.
Y además, tengo prisa.
Como sabrá, sus antiguas compañeras están ocupando un edificio en nuestra propiedad.
Muy bien.
Hablaré con su hermano, seguro que mostrará más interés.
Interés, ¿en qué?
He rezado tanto para que estuvieras bien... i¡Mírate!
i¡Estás guapísimo!
La he echado mucho de menos.
¿Cómo está usted?
¿Todo bien?
¿Por qué no te quedas?
Te hago un café.
¿Quieres unos buñuelos y charlamos un rato?
Lo siento, pero no puedo.
He de irme.
Cuídese mucho, por favor.
i¡Anda!
¿Por qué no te quedas un rato y me cuentas qué tal estás?
Dicen que te ganas la vida.
Lo siento.
i¡Tomás!
Sabes que no puedo dejar que te lleves eso.
[suena música emotiva] Lo necesito para salvar la academia.
¿Qué tal te tratan allí?
Doña Manuela me ha ayudado mucho.
Es mi casa.
No pude hacer nada.
Intenté hablar con tu padre.
Lo sé.
Y nunca la he culpado.
Sé que usted no lo tuvo nada fácil, y eso me duele.
Madre, me voy a ir de Sevilla, y no creo que vuelva.
Pero necesito llevarme estos documentos conmigo.
Sé que usted no pudo hacer nada en su día, pero, ahora sí que puede hacerlo.
El deporte femenino no me parece un buen negocio.
Creo que se equivoca, porque con una buena... [Álvaro] Mire, le he dicho que no me interesa.
Y ahora, si me disculpa, me gustaría entrar en mi casa.
[suena música de tensión] ¿Qué hace ahí parada, madre?
-[madre] Nada, estaba... -Otra vez llorando.
Haga el favor, al menos, de hacerlo en privado.
[suena música de tensión] [[policía] No se preocupe, don Rafael, que he traído a mis mejores hombres para venir acá.
Esto lo solucionamos en un momento.
[Rafita] Perfecto.
Gracias.
Este edificio es mío, así que les pido amablemente que se aparten.
Hasta donde yo sé, tu padre, Rafael Peralta, nos lo ha arrebatado.
Así que, si lo quiere, que venga él.
Nosotros no vamos a ser tan amables, señora.
Lo siento, pero nosotros de aquí no nos vamos a mover.
[reportero 1] i¡Don Rafael!
i¡Díganos qué está pasando!
i¡No quiero ni un periodista aquí!
i¡Sacadlos a todos!
i¡Vamos!
i¡Venga!
i¡Fuera de aquí!
i¡Es una orden!
Las cosas se van a poner feas.
Pero necesitamos ganar tiempo.
¿Qué van a hacer?
¿Pasar por encima de nosotras?
i¡No pueden!
[gritos] ¿Estás segura?
[murmullos] i¡Vicente!
[suena música dramática] -[Manuela] ¿Qué pasa, Elías?
-i¡Que están aquí!
i¡Que van a entrar!
Están ahí.
Está doña Luisa.
Esto nos puede dar tiempo, pero no va a resistir eternamente.
-Ayúdame.
-[Candela] i¡Dola Manuela!
i¡Flavia!
-[Manuela] i¡Flavia!
-[Carmen] Flavia.
tienes que salir de aquí.
-¿Por qué?
-No aguantaremos mucho más.
Y como entren, te van a detener.
No.
Me quedo hasta el final.
Flavia, no seas cabezona.
i¡Que te van a detener!
-i¡Me da igual!
-[Carmen] No te da igual.
Ir a la cárcel no te da igual.
No quiero tener que huir y dejaros a vosotras atrás.
Es injusto.
Pues, claro que es injusto, pero tienes que pensar en ti y en tu vida.
¿Qué vida, Candela?
¿Mendigar en otro país?
¿Renunciar a ser abogada?
i¡Es que prefiero ir a la cárcel!
Escucha, Flavia, te vamos a ayudar con todo eso.
Confía en nosotras, por favor.
Mira, tengo un amigo en Nueva York que os va a echar una mano.
Luego te lo explico.
Pero ahora, hay que salir de aquí.
[Candela] Flavia, por favor.
i¡Venga!
i¡Vamos!
[suena música dramática] Esas dos a la otra habitación, ¿vale?
Coge Inés.
Toma, Ana.
-[Ramón] ¿Cómo va este?
-i¡Amárralo, amárralo!
-¿Y si se rompe?
-Esto está segurísimo.
Estate tranquila.
Por favor, escríbenos en cuanto puedas.
Le voy a poner 100 al cristal cacharro.
O 200.
[Manuela] Niñas, lo siento, pero no tenemos tiempo.
Es la última vez que lo digo.
Fuera de mi camino.
[Ramón] i¡Id soltando poco a poco!
Fuerte, ¿eh?
i¡Fuerte!
-Apartadlas.
-i¡Sacadlas de aquí!
i¡Inútiles!
¿Qué esperáis?
[gritos] [Luisa] Pero ¿qué hacen?
i¡Suéltenme!
i¡No la toquen!
i¡Vicente!
i¡Vicente!
i¡Vicente!
[Ramón] Con fuerza, ¿eh?
Pero poco a poco.
i¡Vicente!
i¡Vicente!
[Luisa] i¡Vicente!
i¡Cobardes!
[policía] i¡No lo digo más!
i¡Todo el mundo fuera!
[disparo] [gritos] [disparo] ¿Qué ha sido eso?
¿Disparos?
[Ramón] i¡Agarrad bien!
[Ramón] i¡Agarrad fuerte!
[disparo] i¡Tirad!
i¡No puedo!
[disparo] Pero, pero ¿está usted loco?
¿No ve que puede matar a alguien?
Esto ha sido solo un aviso.
La próxima, no dispararé al aire.
-i¡Vicente!
i¡Vicente!
-i¡Ponte a salvo, Luisa!
[Luisa] i¡No!
i¡No se lo lleven, por favor!
i¡Vicente!
i¡No se lo lleven!
i¡Venga!
i¡Todos, fuera!
-¿Está bien?
-i¡Sí!
i¡Sí, sí, sí!
i¡Soltad!
[Ramón] i¡Poco a poco!
[suena música emotiva] i¡Dolores!
i¡Tirad la puerta!
[gritos] Ya está.
Se acabó.
Tenemos que salir.
-Ramón, dame las llaves.
-i¡No, no, no!
Manuela, tenemos que aguantar.
Escúchame, tu madre y Luisa están fuera.
Igual han conseguido algo que nos puede ayudar.
i¡Teresa, por favor!
i¡Acaban de disparar!
No sabemos cómo está la gente fuera.
Bueno.
A ver, Manuela, habrán disparado al aire.
Solo nos quieren asustarnos.
[gritos] i¡Ya está!
Lo hemos intentado, hemos resistido.
No quiero poner a nadie en peligro.
Es que no sabes si es más peligroso estar fuera que dentro.
[golpe] [Carmen] i¡Las llaves!
[Manuela] i¡Todas a la capilla, por favor!
¿Es que no me habéis oído?
i¡A la capilla, he dicho!
i¡Ramón!
i¡Llévatelas!
[Ramón] i¡A la capilla!
i¡Vamos!
[golpes] [Flavia] Disculpe.
[suena música dramática] [policía] i¡Señorita, por favor!
i¡Señorita!
i¡Venga!
i¡Ya es la hora!
#i¡El furgón está cargado!
i¡Salimos ya!
No.
Tenéis que esperar.
Si tiene que estar a punto de llegar.
i¡Se lo ruego!
i¡Por favor!
i¡Cinco minutos!
i¡Que no tenemos tiempo!
[suena música dramática] [Rafael] Que está bien, estoy diciendo.
No lo quería así, pero se acabó este circo.
Mandaré a Álvaro para allá.
Adiós.
Últimamente no me deja otra que entrar a las bravas a todas partes.
Pero ¿qué hace aquí?
¿No le quedó claro que usted ya no me interesa?
Sí, pero las cosas han cambiado.
El alcalde ha dado marcha atrás.
Ya no le va a dar el permiso para su hotel.
¿Y por qué iba a hacer eso?
Porque tengo documentos que prueban que hay tratos ilegales, y al alcalde no le interesa que salgan a la luz.
Así que o paraliza el desalojo, o se lo envío a todos los periódicos provinciales.
Usted decide.
Admiro su osadía, pero en caso de que existieran dichos documentos, dudo que usted los tenga en su poder.
Voy a testificar.
Voy a contarlo todo ante un juez, aunque suponga ir a la cárcel.
¿Entiende?
[suena música dramática] [policía] i¡Abran inmediatamente!
-[Manuela] i¡Luisa!
¿Cómo están todos?
-¿Están todos bien?
-Teresa, ¿las niñas están bien?
Están dentro.
¿Qué ha pasado?
i¡A Vicente se lo han llevado!
i¡Silencio, he dicho!
i¡Silencio!
Segunda vez que lo digo: i¡abran!
Abre, Teresa, por favor.
Teresa, abre.
Manuela, abre tú.
Sí.
Tenemos que aguantar.
-i¡Abre, por favor!
-Teresa, por favor, -dame las llaves a mí.
-[Luisa] Manuela, abre tú.
[voces indistintas] [policía] i¡Ya está bien!
i¡No me obliguen!
Teresa, por favor.
Escúchame.
Mírame.
Te lo ruego.
i¡Que no van a entrar aquí!
-i¡Te lo ruego!
i¡Abre, por favor!
-Teresa, abre la puerta.
Escucha a Luisa, por favor.
[policía] i¡Calladitas, he dicho!
Teresa, por favor.
Teresa... i¡Nadie se mueve!
i¡No!
Pero ¿qué hace?
i¡Suéltela!
i¡Y calladitas, he dicho!
[Carmen] ¿No ve que hay niñas ahí dentro, que solo somos maestras?
¿Se ha vuelto loco?
¿Qué hace?
[policía] He oído hablar de usted.
Dicen que en la cárcel suplicaba de rodillas por un trozo de pan.
Ni lo hice entonces, ni lo pienso hacer ahora.
Está usted jugando con fuego, señora.
Teresa, por favor... [policía] i¡Abran!
[Rafael] i¡Baje el arma inmediatamente!
[Manuela] i¡Teresa!
He venido a negociar.
[Tomás] Le pido un poco más, por favor.
Solo cinco minutos.
Le pagaré más.
-No.
-Por favor.
Se lo suplico.
Cuando lleguemos le daré todo lo que me pida, pero, por favor, espere.
Lo siento, chaval.
Buena suerte.
[Tomás] i¡Don Andrés!
i¡Don Andrés!
i¡Tomás!
i¡Tomás!
[suena música emotiva] ¿Estás bien?
Pensé que te había pasado algo.
Gracias por confiar en mí.
[Tomás] i¡Don Andrés!
i¡Don Andrés!
Quería negociar.
Pues, aquí me tiene.
Muy bien.
Aunque sigo siendo el dueño de este edificio y de estos terrenos, parece ser que no voy a poder construir mi hotel.
Y parece ser también que están dispuestas a denunciarme.
Así es.
Llegaremos hasta el final.
Bien, pero como podrá corroborar el señor Arteaga, el proceso puede ser muy largo.
Y durante todo ese periodo de tiempo, nadie podrá realizar ninguna actividad.
¿No es así?
El edificio permanecerá cerrado hasta que se resuelva el juicio.
[Rafael] Por lo tanto, nadie sale ganando.
Y yo, que soy un hombre de negocios, me resisto a perder.
Así que dígame qué quiere.
Que mantenga la academia abierta con su personal y con las alumnas.
Y a cambio, usted tomará las decisiones.
Usted será el dueño.
Manuela, no puedes hacer eso.
Ningún Peralta va a decidir en esta academia mientras yo siga aquí.
[Rafita] Nosotros tampoco la queremos.
-Queremos destruirla.
-i¡Rafael!
Vales más por lo que callas, hijo.
¿Y qué gano yo manteniendo esto abierto?
Porque me consta también que tienen pérdidas.
[Manuela] Que podrían resolverse con una inversión.
Dice que es un hombre de negocios, ¿no?
Entonces, usted sabrá que es mejor tener un edificio abierto que tenerlo cerrado durante meses.
O años, incluso.
Bueno, supongo que podríamos llegar a una acuerdo.
Pero solo si usted se aparta de la dirección.
-[Inés] ¿Te ayudo?
-Están negociando.
He intentado escuchar algo a través de la puerta, pero es imposible.
Gracias, toma, te va a sentar bien.
Gracias.
Gracias.
Gracias.
i¡Madre mía, Candela!
Estoy muy nerviosa.
No sé qué va a pasar.
[suena música emotiva] ¿Se puede saber qué pasa, que nadie me coge las llamadas?
¿Qué hacéis todos aquí?
Manuela, es una locura.
No puedes aceptarlo.
Pondremos una denuncia y esperaremos.
Y mientras tanto, buscamos otra solución, Manuela.
No parece que la directora pueda tomar decisiones por sí misma.
Tú, te callas.
De verdad, os agradezco vuestra opinión y vuestro apoyo, pero yo os he metido en esta situación, así que voy a ser yo quien la resuelva.
Es usted una mujer firme, Manuela.
Hay que reconocerlo.
Bueno, creo que con la ayuda de un juez y de una administradora, podemos redactar el contrato y dejarlo firmado hoy mismo.
¿Está segura?
Sí.
Pero con una última condición, que el trato entre en vigor el curso que viene.
No quiero que le afecte a mis alumnas.
Y así usted tendrá tiempo de encontrarme una sustituta.
Trato hecho.
[suena música emotiva] Y ahora, ¿qué hacemos?
¿Acaso se puede hacer algo más?
[Luisa] i¡Pobres niñas!
Al final, son ellas las más perjudicadas.
-Bueno, esto no se acaba aquí.
-[Luisa] Lo sé.
i¡Roberta!
¿Cómo ha ido?
Muy bien.
[Carmen] i¡Qué bien!
i¡Doña Carmen!
-¿Ha venido para ayudarnos?
-[Manuela] Sí.
Bueno.
Como ya sabéis, hemos conseguido salvar la academia, pero el curso que viene, estará al mando Rafael Peralta.
Y yo tendré que dejar la dirección.
Pero quería pediros, por favor, que estéis contentas y que estéis orgullosas, porque hemos pasado unos días muy difíciles, mucho.
Y hemos demostrado lo unidas que estamos y que somos muy valientes.
Y también hemos descubierto que tenemos muchos apoyos ahí afuera.
No sé, a mí al menos todo esto me ha hecho darme cuenta de una cosa.
Y es, que esta academia no soy yo, ni es Teresa, ni es Luisa, ni Roberta, ni Candela, ni Inés.
Esta academia es mucho más que esto.
Se ha convertido en un símbolo, en el símbolo del cambio.
Y por mucho que quieran hacernos retroceder, aunque tengamos que dar un paso atrás, daremos tres hacia adelante.
Señoritas, esta academia tarde o temprano va a desaparecer, igual que nosotras.
Pero nunca os olvidéis de que juntas hemos abierto un camino, un camino que muchas mujeres van a poder continuar gracias a nosotras.
Y eso sí que es para siempre.
Gracias.
[suena música emotiva] [aplausos] Bueno, ahora a clase, que tenemos un curso que terminar.
i¡Venga!
[Carmen] "Estamos bien.
Os echamos de menos.
F. y T.".
[risas] Pues, ya está.
Me ha costado, pero yo creo que ya está terminada.
¿Qué te parece?
Pues, me parece que eres una artista.
i¡Me encanta!
[Roberta] Si me dejan en el taller este verano, te hago unos pantalones.
i¡Qué bien!
¿Estás nerviosa?
Un poco, sí.
La verdad.
Pero más que nada por el idioma.
¿Y sino me entienden o yo no les entiendo a ellos?
Nada.
[habla en francés] i¡Qué ganas de ir a París!
[Roberta] i¡Sí!
-¿Está todo?
-Sí.
i¡Vamos!
i¡Adelante!
[Manuela] Ha sido un placer tener a su hija con nosotros.
Un placer.
Muchísimas gracias.
Feliz verano.
Pasadlo muy bien.
Y leed, por favor.
Que pase un buen verano, doña Manuela.
Gracias.
Voy a echar de menos sus clases.
Y yo a vosotras.
[suena música emotiva] Gracias.
María Jesús.
Adiós, mis niñas.
Adiós.
Adiós.
Gracias.
Nosotras nos vamos ya.
Mi madre nos está esperando.
Que sepáis que me hace mucha ilusión que paséis el verano juntas.
Doña Manuela, muchas gracias por todo.
Sabes que no hay de qué.
Me tengo que ir.
Mi padre ya ha cargado el coche.
Todo va a ir bien.
Don Pascual es un buen médico, y su amigo va a ayudarte.
Sí, sí.
Es el mejor psiquiatra de Barcelona.
Y Ramón estará ahí contigo ayudándote.
Escríbeme todas las semanas.
No, mejor todos los días.
¿Sí?
[suena música emotiva] -¿Sabe qué?
-¿Qué?
Que el último día de curso siempre estoy loco de contento, pero este año tengo una sensación rara.
Yo también tengo una sensación rara.
Van a haber cambios por aquí.
Supongo que con más razón tendremos que disfrutar el verano.
Sí.
Bueno, ya me he despedido de Manuela.
¿De verdad no queréis que me quede a cerrar la cancela?
Pero ¿no tenéis que coger un tren?
[Luisa] Sí.
Pe-pero... Sí, pero podemos esperar a otro.
[Carmen] No.
Claro.
Es que me sabe mal ser la primera en marcharme.
Y además, he visto a Manuela tan... A ver, estad tranquilos.
Está todo bien.
Iros y disfrutad.
Cuídate mucho, Ramón.
i¡Dame un abrazo!
i¡Anda!
El próximo curso recuperaremos la academia.
No te quepa la menor duda.
Se me parte el alma de ver así este despacho.
Con la de cosas que yo he vivido aquí... Madre, por favor, hoy no es día de reproches.
No, no era mi intención.
Creo que, aunque haya estado en desacuerdo con la mayoría de tus decisiones, has hecho lo correcto.
Te has sacrificado para salvar esta institución, como solo lo haría una directora auténtica.
Estoy muy orgullosa de ti.
Gracias, madre.
Muchas gracias.
Te dejo a solas, para que te despidas.
La quiero mucho.
[suena música emotiva] ¿Qué hacéis?
¿Preparada para pasar el verano en París?
¿Cómo?
Que no pensarías que te íbamos a dejar aquí.
i¡Estáis locas!
No tengo maletas ni tengo nada.
i¡Da igual, doña Manuela!
i¡París es la ciudad de la moda!
[Manuela] i¡Dios mío!
Gracias.
[habla en francés] [suena música de esperanza] ♪ "La Otra Mirada" is available with PBS Passport.
Go to pbs.org/ getpassport.
Also available by subscription to the PBS "Masterpiece" Prime video channel on Amazon.
♪